P. 1. ¿Cuál es el fin principal del hombre?
R. El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, (1) y gozar de Él para siempre. (2)
(1) Sal. 86; Is. 60:21; Rom. 11:36; I Cor. 6:20; I Cor. 10:31; Apo. 4:11.
(2) Sal. 16:5-11; Sal. 144:15; Isa. 12:2; Luc. 2:10; Flp. 4:4; Apo. 21:3-4.
P. 2. ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarlo y gozar de Él?
R. La Palabra de Dios que se contiene en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, (1) es la única regla que ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarlo y gozar de Él. (2)
(1) Mat. 19:4-5 con Gen. 2:24; Lu. 24:27,44; I Cor. 2:13; I Cor. 14:37; II Pe. 1:20-21; II Pe. 3:2,15-16;
(2) Deut. 4:2; Sal. 19:7-11; Isa. 8:20; Juan 15:11; Juan 20:30-31; Hch. 17:11; II Tim. 3:15-17; I Juan 1:4.
P. 3. ¿Qué es lo que principalmente enseñan las Escrituras?
R. Lo que principalmente enseñan las Escrituras es lo que el hombre ha de creer con respecto a Dios (1) y los deberes que Dios impone al hombre. (2)
(1) Gen. 1:1; Juan 20:31; Rom. 10:17; II Tim. 3:15;
(2) Deut. 10:12-13; Jos. 1:8; Sal. 119:105; Miq. 6:8; II Tim. 3:16-17.
P. 4. ¿Qué es Dios?
R. Dios es un Espíritu, (1) infinito, (2) eterno (3) e inmutable (4) en su ser, (5) sabiduría, (6) poder, (7) santidad, (8) justicia, (9) bondad (10) y verdad. (11)
(1) Deut. 4:15-19; Luc. 24:39; Juan 1:18; Juan 4:24; Hch. 17:29.
(2) I Re. 8:27; Sal. 139:7-10; Sal. 145:3; Sal. 147:5; Jer. 23:24; Rom. 11:33-36;
(3) Deut. 33:27; Sal. 90:2; Sal. 102:12,24-27; Apo. 1:4, 8;
(4) Sal. 33:11; Mal. 3:6; Heb. 1:12; Heb. 6:17-18; Heb. 13:8; Sant. 1:17;
(5) Ex. 3:14; I Tim. 1:17; I Tim. 6:15-16;
(6) Sal. 104:24; Rom. 11:33-34; Heb. 4:13; I Juan 3:20;
(7) Gen. 17:1; Sal. 62:11; Jer. 32:17; Mat. 19:26; Apo. 1:8;
(8) Heb. 1:13; I Pe. 1:15-16; I Juan 3:3,5; Apo. 15:4;
(9) Gen. 18:25; Ex. 34:6-7; Deut. 32:4; Rom. 3:5, 26;
(10) Sal. 103:5 ; Sal. 107:8; Mat. 19:7 ; Rom. 2:4;
(11) Ex. 34:6 ; Deut. 32:4 ; Sal. 117:2 ; Heb. 6:18;
P. 5. ¿Hay más de un Dios?
R. No hay sino uno solo,(18) el Dios vivo y verdadero.(19)
(18) Deut. 6:4. Isa. 44:6. Isa. 45:21-22. 1 Cor. 8:4-6.
(19) Jer. 10:10. Juan 17:3. 1 Tes. 1:9. 1 Juan 5:20.
P. 6. ¿Cuántas personas hay en la Divinidad?
R. Hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; (20) y estas tres personas son un solo Dios, las mismas en sustancia, e iguales en poder y gloria. (21)
(20) Mat. 3:16-17; Mat. 28:19; 2 Cor. 13:14; 1 Pe. 1:2.
(21) Sal. 45:6 ; Juan 1:1; Juan 17:5; Hch. 5:3-4; Rom. 9:5; Col. 2:9; Judas 1:24-25.
P. 7. ¿Qué son los decretos de Dios?
R. Los decretos de Dios son su propósito eterno, según el consejo de su propia voluntad, en virtud del cual Él ha preordenado, para su propia gloría, todo lo que sucede. (22)
(22) Sal. 33:11; Isa. 14:24; Hch. 2:23; Ef. 1:11-12.
P. 8. ¿Cómo ejecuta Dios sus decretos?
R. Dios ejecuta sus decretos en las obras de Creación y de Providencia. (23)
(23) Sal. 148:8; Isa. 40:26; Dan. 4:35; Hch. 4:24-28; Apo. 4:11.
P. 9. ¿Qué es la obra de Creación?
R. La obra de Creación consiste en que Dios ha hecho todas las cosas de la nada, (24) por su poderosa Palabra, en el espacio de seis días, y todas muy buenas. (25)
(24) Gen. 1:1; Sal. 33:6,9; Heb. 11:3.
(25) Gen. 1:31.
P. 10. ¿Cómo creó Dios al hombre?
R. Dios creó al hombre, varón y hembra, según su propia imagen, (26) en ciencia, (27) justicia y santidad, (28) con dominio sobre todas las criaturas. (29)
(26) Gen. 1:27.
(27) Col. 3:10.
(28) Ef. 4:24.
(29) Gen. 1:28; Sal. 8.
P. 11. ¿Cuáles son las obras de Providencia de Dios?
R. Las obras de Providencia de Dios son su muy santa, (30) sabia, (31) y poderosa (32) preservación (33) y gobierno (34) de todas sus criaturas, y todas las acciones de éstas. (35)
(30) Sal. 145:17.
(31) Sal. 104:24.
(32) Heb. 1:3.
(33) Neh. 9:6.
(34) Ef. 1:19-22.
(35) Sal. 36:6; Prov. 16:33; Mat. 10:30.
P. 12. ¿Qué acto particular de Providencia ejecutó Dios con respecto al hombre en el estado en el que éste fue creado?
R. Cuando Dios creó al hombre, hizo con él una alianza de vida bajo la condición de perfecta obediencia; vedándole a comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, so pena de muerte. (36)
(36) Gen. 2:16-17; Sant. 2:10.
P. 13. ¿Permanecieron nuestros primeros padres en el estado en que fueron creados?
R. Nuestros primeros padres, dejados a su libre albedrío, cayeron del estado en que fueron creados, pecando contra Dios. (37)
(37) Gen. 3:6-8,13; II Cor. 11:3.
P. 14. ¿Qué es el pecado?
R. El pecado es la falta de conformidad con la ley de Dios, o la transgresión de la misma. (38)
(38) Lev. 5:17; Sant. 4:17; I Juan 3:4.
P. 15. ¿Cuál fue el pecado por cuya causa nuestros primeros padres cayeron del estado en que fueron creados?
R. El pecado por cuya causa nuestros primeros padres cayeron del estado en que fueron creados fue el comer del fruto prohibido. (39)
(39) Gn. 3:6.
P. 16. ¿Cayó todo el género humano en la primera transgresión?
R. Habiéndose hecho la alianza con Adam, (40) no para él sólo, sino también para su posteridad, todo el género humano, descendiendo de él según la generación ordinaria, pecó en él y cayó con él en su primera transgresión. (41)
(40) Gen. 2:16-17; Sant. 2:10.
(41) Rom. 5:12-21. I Cor. 15:22.
P. 17. ¿A qué estado redujo la caída al hombre?
R. La caída redujo al hombre a un estado de pecado y de miseria. (42)
(42) Gen. 3:16-19,23; Rom. 3:16; Rom. 5:12; Ef. 2:1.
P. 18. ¿En qué consiste lo pecaminoso del estado en que cayó el hombre?
R. Lo pecaminoso del estado en que cayó el hombre consiste en la culpabilidad del primer pecado de Adam, (43) la falta de justicia original, (44) y la depravación de toda su naturaleza, (45) llamada comúnmente pecado original, con todas las transgresiones actuales que de ella proceden. (46)
(43) Gen. 6:5; Sal. 53:1-3; Mat. 15:19; Rom. 3:10-18,23; Gal. 5:19-21; Sant. 1:14-15.
(44) Rom. 3:10; Col. 3:10; Ef. 4:24.
(45) Sal. 51:5; Juan 3:6; Rom. 3:18; Rom. 8:7-8; Ef. 2:3.
(46) Gen. 6:5; Sal. 53:1-3; Mat. 15:19; Rom. 3:10-18, 23; Gal. 5:19-21; Sant. 1:14-15.
P. 19. ¿En qué consiste la miseria del estado en que cayó el hombre?
R. Todo el género humano por su caída perdió la comunión con Dios, (47) está bajo su ira (48) y maldición, (49) y sujeto a todas las miserias de esta vida, (50) a la muerte misma, (51) y a las penas del infierno para siempre. (52)
(47) Gen. 3:8,24; Juan 8:34,42,44; Ef. 2:12; Ef. 4:18.
(48) Juan 3:36; Rom. 1:18; Ef. 2:3; Ef. 5:6.
(49) Gal. 3:10; Apo. 22:3.
(50) Gen. 3:16-19; Job 5:7; Ecles. 2:22-23; Rom. 8:18-23.
(51) Ez. 18:4; Rom. 5:12; Rom. 6:23.
(52) Mat. 25:41, 46; II Tes. 1:9; Apo. 14:9-11.
P. 20. ¿Dejó Dios a todo el género humano perecer en su estado de pecado y de miseria?
R. Habiendo Dios, de su propia soberana voluntad, desde toda eternidad, elegido a los que han de gozar de la vida eterna, (53) entró en una alianza de gracia para libertarlos de su estado de pecado y de miseria, y llevarlos a un estado de salvación, por medio de un Redentor. (54)
(53) Hch. 13:48; Ef. 1:4-5; II Tes. 2:13-14.
(54) Gen. 3:15; Gen. 17:7; Ex. 19:5-6; Jer. 31:31-34.
P. 21. ¿Quién es el Redentor de los elegidos de Dios?
R. El único Redentor de los elegidos de Dios es el Señor Jesucristo, (55) quien, siendo el Hijo eterno de Dios, (56) se hizo hombre; (57) y así era y siguió siendo, Dios y hombre en dos naturalezas distintas, y una sola persona, para siempre. (58)
(55) Juan 14:6; Hch. 4:12; I Tim. 2:5-6.
(56) Sal. 2:7; Mat. 3:17; Mat. 17:5; Juan 1:18.
(57) Isa. 9:6; Mat. 1:23; Juan 1:14; Gal. 4:4.
(58) Hch. 1:11; Heb. 7:24-25.
P. 22. ¿Cómo se hizo Cristo hombre, siendo como era Hijo de Dios?
R. Cristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre, al tomar para sí un cuerpo verdadero, y una alma racional; (59) siendo concebido por el poder del Espíritu Santo en el vientre de la Virgen María, y nacido de ella, (60) mas sin pecado. (61)
(59) Flp. 2:7; Heb. 2:14,17.
(60) Luc. 1:27,31,35.
(61) II Cor. 5:21; Heb. 4:15; Heb. 7:26; I Juan 3:5.
P. 23. ¿Qué oficios ejecuta Cristo como Redentor nuestro?
R. Cristo, como Redentor nuestro, ejecuta los oficios de Profeta, (62) de Sacerdote (63) y de Rey, (64) tanto en su estado de humillación como en el de exaltación.
(62) Deut. 18:18; Hch. 2:33; Hch. 3:22-23; Heb. 1:1-2.
(63) Heb. 4:14-15; Heb. 5:5-6.
(64) Isa. 9:6-7; Luc. 1:32-33; Juan 18:37; I Cor. 15:25.
P. 24. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Profeta?
R. Cristo ejecuta el oficio de Profeta, revelándonos, por su Palabra (65) y Espíritu, (66) la voluntad de Dios para nuestra salvación. (67)
(65) Luc. 4:18-19,21; Hch. 1:1-2; Heb. 2:3.
(66) Juan 15:26-27; Hch. 1:8; 1 Pe. 1:11.
(67) Juan 4:41-42; Juan 20:30-31.
P. 25. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Sacerdote?
R. Cristo ejecuta el oficio de Sacerdote habiéndose ofrecido a sí mismo, una sola vez, en sacrificio para satisfacer las demandas de la justicia divina, (68) y reconciliarnos con Dios, (69) y haciendo continua intercesión por nosotros. (70)
(68) Isa. 53; Hch. 8:32-35; Heb. 9:26-28; Heb. 10:12.
(69) Rom. 5:10-11; II Cor. 5:18; Col. 1:21-22.
(70) Rom. 8:34; Heb. 7:25; Heb. 9:24.
P. 26. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Rey?
R. Cristo ejercita el oficio de Rey, sujetándonos a sí mismo, gobernándonos y defendiéndonos, (71) y restringiendo y venciendo a todos sus enemigos y los nuestros. (72)
(71) Sal. 110:3; Mat. 28:18-20; Juan 17:2; Col. 1:13.
(72) Sal. 2:6-9; Sal. 110:1-2; Mat. 12:28; I Cor. 15:24-26; Col. 2:15.
P. 27. ¿En qué consistió la humillación de Cristo?
R. La humillación de Cristo consistió en haber nacido, y esto, en una baja condición, (73) sujeto a la ley, (74) sufriendo las miserias de esta vida, (75) la ira de Dios (76) y la muerte maldita de la cruz; (77) en haber sido sepultado y en haber permanecido bajo el dominio de la muerte por algún tiempo. (78)
(73) Luc. 2:7; II Cor. 8:9; Gal. 4:4.
(74) Gal. 4:4.
(75) Isa. 53:3; Luc. 9:58; Juan 4:6; Juan 11:35; Heb. 2:18.
(76) Sal. 22:1; Mat. 27:46; Isa. 53:10; I Juan 2:2.
(77) Gal. 3:13; Flp. 2:8.
(78) Mat. 12:40; I Cor. 15:3-4.
P. 28. ¿En qué consiste la exaltación de Cristo?
R. La exaltación de Cristo consiste en su resurrección de entre los muertos al tercer día, (79) en haber ascendido al cielo, (80) en estar sentado a la diestra de Dios Padre, (81) y en venir a juzgar al mundo en el último día. (82)
(79) I Cor. 15:4.
(80) Sal. 68:18; Hch. 1:11; Ef. 4:8.
(81) Sal. 110:1; Hch. 2:33-34; Heb. 1:3.
(82) Mat. 16:27; Hch. 17:31.
P. 29. ¿Cómo somos hechos partícipes de la redención comprada por Cristo?
R. Somos hechos partícipes de la redención comprada por Cristo, por la aplicación eficaz que de ella nos hace el Espíritu Santo. (83)
(83) Tito 3:4-7.
P. 30. ¿Cómo nos aplica el Espíritu Santo la redención comprada por Cristo?
R. El Espíritu Santo nos aplica la redención comprada por Cristo, obrando fe en nosotros, (84) y uniéndonos así a Cristo por nuestro llamamiento eficaz. (85)
(84) Rom. 10:17; I Cor. 2:12-16; Ef. 2:8; Flp. 1:29.
(85) Juan 15:5; I Cor. 1:9; Ef. 3:17.
P. 31. ¿Qué es el llamamiento eficaz?
R. El llamamiento eficaz es la obra del Espíritu de Dios por la cual, convenciéndonos de nuestro pecado y de nuestra miseria, iluminando nuestras mentes con el conocimiento de Cristo, (86) y renovando nuestras voluntades, (87) nos persuade para que abracemos a Cristo, (88) que nos ha sido ofrecido libremente en el evangelio, y nos hace capaces de hacerlo. (89)
(86) Hch. 26:18; I Cor. 2:10, 12; II Cor. 4:6; Ef. 1:17-18.
(87) Deut. 30:6; Eze. 36:26-27; Juan 3:5; Tito 3:5.
(88) Juan 6:44-45; Hch. 16:14.
(89) Isa. 45:22; Mat. 11:28-30; Apo. 22:17.
P. 32. ¿De qué beneficio participan en esta vida los que son eficazmente llamados?
R. Los que son eficazmente llamados participan en esta vida de la justificación, la adopción y la santificación, y de los varios beneficios que en esta vida acompañan a éstos, o se derivan de ellos. (90)
(90) Rom. 8:30; I Cor. 1:30; I Cor. 6:11; Ef. 1:5.
P. 33. ¿Qué es la justificación?
R. La justificación es un acto de la libre gracia de Dios, (91) por el cual Él perdona todos nuestros pecados, (92) y nos acepta como justos delante de Él, (93) solamente en virtud de la justicia de Cristo imputada a nosotros, (94) y recibida sólo por la fe. (95)
(91) Rom. 3:24.
(92) Rom. 4:6-8; II Cor. 5:19.
(93) II Cor. 5:21.
(94) Rom. 4:6, 11; Rom. 5:19.
(95) Gal. 2:16; Flp. 3:9.
P. 34. ¿Qué es la adopción?
R. La adopción es un acto de la libre gracia de Dios, por el cual somos recibidos en el número de los hijos de Dios, y tenemos derecho a todos sus privilegios. (96)
(96) I Juan 3:1.
P. 35 ¿Qué es la santificación?
R. La santificación es la obra de la libre gracia de Dios, (97) por la cual somos restablecidos en todo nuestro ser a la imagen de Dios, (98) y puestos en capacidad de morir más y más al pecado, y de vivir para la justicia. (99)
(97) Ez. 36:27; Flp. 2:13; II Tes. 2:13.
(98) II Cor. 5:17; Ef. 4:23-24; I Tes. 5:23.
(99) Ez. 36:25-27; Rom. 6:4, 6, 12-14; I Cor. 7:1; I Pe. 2:24.
P. 36. ¿Cuáles son los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación, o que se derivan de ellas?
R. Los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación, o que se derivan de ellas, son la seguridad del amor de Dios, (100) la paz de conciencia, (101) el gozo en el Espíritu Santo, (102) el crecimiento en gracia, (103) y la perseverancia en ella hasta el fin. (104)
(100) Rom. 5:5.
(101) Rom. 5:1.
(102) Rom. 14:17.
(103) II Pe. 3:18.
(104) Flp. 1:6; I Pe. 1:5.
P. 37. ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes después de la muerte?
R. Las almas de los creyentes son hechas después de la muerte perfectas en santidad, (105) y pasan inmediatamente a la gloria; (106) y sus cuerpos, estando todavía unidos a Cristo, (107) reposan en sus tumbas, hasta la resurrección. (108)
(105) Heb. 12:23.
(106) Luc. 23:43; II Cor. 5:6, 8; Flp. 1:23.
(107) I Tes. 4:14.
(108) Dan. 12:2; Juan 5:28-29; Hch. 24:15.
P. 38. ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes después de la resurrección?
R. En la resurrección, los creyentes, levantándose en gloria, (109) serán públicamente reconocidos y absueltos en el día del juicio, (110) y entrarán en una perfecta bienaventuranza en el pleno goce de Dios (111) por toda la eternidad. (112)
(109) I Cor. 15:42-43.
(110) Mat. 25:33-34,46.
(111) Rom. 8:29; I Juan 3:2.
(112) Sal. 16:11; I Tes. 4:17.
P. 39. ¿Cuál es el deber que Dios exige al hombre?
R. El deber que Dios exige al hombre es la obediencia a su voluntad revelada. (113)
(113) Deut. 29:29; Miq. 6:8; I Juan 5:2-3.
P. 40. ¿Cuál fue la primera regla que Dios reveló al hombre como guía de obediencia?
R. La primera regla que Dios reveló al hombre como guía de obediencia, fue la ley moral. (114)
(114) Rom. 2:14,15; Rom. 10:5.
P. 41. ¿En qué se halla comprendida sumariamente la ley moral?
R. La ley moral se halla comprendida sumariamente en los Diez Mandamientos. (115)
(115) Deut. 4:13; Mat. 19:17-19.
P. 42. ¿Cuál es el resumen de los Diez Mandamientos?
R. El resumen de los Diez Mandamientos es: Amar al Señor nuestro Dios de todo nuestro corazón, de toda nuestra alma, de todas nuestras fuerzas y de todo nuestro entendimiento; y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. (116)
(116) Mat. 22:37-40.
P. 43. ¿Cuál es el prefacio de los Diez Mandamientos?
R. El prefacio de los Diez Mandamientos es: “Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos.” (117)
(117) Ex. 20:2; Deut. 5:6.
P. 44. ¿Qué nos enseña el prefacio de los Diez Mandamientos?
R. El prefacio de los Diez Mandamientos nos enseña que, puesto que Dios es el Señor, y nuestro Dios y Redentor, estamos obligados a guardar todos sus mandamientos. (118)
(118) Luc. 1:74-75; I Pe. 1:14-19.
P. 45. ¿Cuál es el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento es: “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (119)
(119) Ex. 20:3; Deut. 5:7.
P. 46 ¿Qué demanda el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento demanda que conozcamos y confesemos a Dios como nuestro único y verdadero Dios, y que en consecuencia, lo adoremos y lo glorifiquemos. (120)
(120) I Cro. 28:29; Isa. 45:20-25; Mat. 4:10.
P. 47. ¿Qué se prohíbe en el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento nos prohíbe que neguemos, (121) no adoremos o no glorifiquemos, al Dios verdadero como Dios, (122) y nuestro Dios; (123) y que demos esta adoración y gloria a cualquier otro, las cuales sólo a Él son debidas. (124)
(121) Sal. 14:1.
(122) Rom. 1:20-21.
(123) Sal. 81:10,11.
(124) Eze. 8:16-18; Rom. 1:25.
P. 48. ¿Qué cosa especial se nos enseña con estas palabras “delante de mí”, contenidas en el primer mandamiento?
R. En estas palabras, “delante de mí”, contenidas en el primer mandamiento, se nos enseña que Dios, que todo lo ve, se percibe del pecado de rendir culto a cualquier otro dios, y se ofende de ello. (125)
(125) Deut. 30:17-18; Sal. 44:20-21; Eze. 8:12.
P. 49. ¿Cuál es el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento, es: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra; no te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y que hago misericordia a millares a los que me aman, y guardan mis mandamientos.”
(126) Ex. 20:4-6; Deut. 5:8-10.
P. 50. ¿Qué demanda el segundo mandamiento?
R. En el segundo mandamiento demanda que se reciban, observen y guarden puros y completos, todos los actos de culto y las ordenanzas de la manera como Dios ha establecido en su Palabra.
(127) Deut. 12:32; Mat. 28:20.
P. 51. ¿Qué se prohíbe en el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento prohíbe que rindamos culto a Dios por medio de imágenes, (128) o por cualquier otro medio que no esté autorizado por su Palabra. (129)
(128) Deut. 5: 15-19; Rom. 1:22,23.
(129) Lev. 10:1-2; Jer. 19:4-5; Col. 2:18-23.
P. 52. ¿Cuáles son las razones añadidas al segundo mandamiento?
R. Las razones añadidas al segundo mandamiento, son: la soberanía de Dios sobre nosotros, (130) que le pertenecemos, (131) y el celo que Él tiene por su propio culto. (132)
(130) Sal. 95:2-3, 6-7; Sal. 96:9-10.
(131) Ex. 19:5; Sal. 45:11; Isa. 54:5.
(132) Ex. 34:14; I Cor. 10:22.
P. 53. ¿Cuál es el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento es: “No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.” (133)
(133) Ex. 20:7; Deut. 5:11.
P. 54. ¿Qué demanda el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento demanda el usar santa y reverentemente los nombres, los títulos, (134) los atributos, (135) las ordenanzas, (136) la Palabra (137) y las obras de Dios. (138)
(134) Deut. 10:20; Sal. 29:2; Mat. 6:9.
(135) I Cro. 29:10-13; Apo. 15:3-4.
(136) Hch. 2:42; I Cor. 11:27-28.
(137) Sal. 138:2; Apo. 22:18-19.
(138) Sal. 107:21-22; Apo. 4:11.
P. 55. ¿Qué prohíbe el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento prohíbe toda profanación o abuso de cualquier cosa por la cual Dios se da a conocer. (139)
(139) Lev. 19:12; Mat. 5:33-37; Sant. 5:12.
P. 56. ¿Cuál es la razón añadida al tercer mandamiento?
R. La razón añadida al tercer mandamiento es, que por más que los infractores de este mandamiento eviten el castigo humano, el Señor nuestro Dios no los dejará escapar de su justo juicio. (140)
(140) Deut. 28:58-59; I Sam. 3:13; I Sam. 4:11.
P. 57. ¿Cuál es el cuarto Mandamiento?
R. El cuarto mandamiento, es: “Acordarte has del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna; tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó.” (141)
(141) Ex. 20 :8-11; Deut. 5:12-15.
P. 58. ¿Qué demanda el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento demanda que se guarden santas para Dios todas las ocasiones que Él ha señalado en su palabra, y especialmente un día entero en cada siete, como un reposo santo para Él. (142)
(142) Ex. 31:13, 16-17.
P. 59. ¿Cuál día de los siete ha señalado Dios para el descanso semanal?
R. Desde la creación del mundo hasta la resurrección de Cristo, Dios señaló el séptimo día de la semana para ser el reposo semanal; (143) mas desde entonces, y hasta el fin del mundo, ha señalado el primer día de la semana el cual es el reposo cristiano. (144)
(143) Gen. 2:2-3; Ex. 20:11.
(144) Marc. 2:27-28; I Cor. 16:2; Apo. 1:10.
P. 60. ¿Cómo ha de santificarse el día de reposo?
R. Hemos de santificar el día de reposo absteniéndonos en todo este día, aun de aquellos empleos o recreaciones mundanos que son lícitos en los demás días; (145) y ocupando todo el tiempo en los ejercicios públicos y privados de culto de Dios, (146) salvo aquella parte que se emplee en hacer obras de necesidad o de misericordia. (147)
(145) Ex. 20:10; Neh. 13:15-22; Isa. 58:13-14..
(146) Ex. 20:8; Lev. 23:3; Luc. 4:16; Hch. 20:7.
(147) Mat. 12:1-13.
P. 61. ¿Qué se prohíbe en el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento prohíbe la omisión, o cumplimiento negligente, de los deberes exigidos; y la profanación del día por la ociosidad, o por hacer lo que es en sí pecaminoso, o por innecesarios pensamientos, palabras u obras acerca de nuestros empleos o recreaciones mundanas. (148)
(148) Neh. 13:15-22; Isa. 58:13-14; Amos 8:4-6.
P. 62. ¿Cuáles son las razones añadidas al cuarto mandamiento?
R. Las razones determinantes del cuarto mandamiento, son: el habernos concedido Dios seis días de la semana para nuestras propias ocupaciones, (149) el haberse reservado para sí mismo una propiedad especial sobre el séptimo, su propio ejemplo, y que haya bendecido el día de descanso. (150)
(149) Ex. 20:9; Ex. 31:15; Lev. 23:3.
(150) Gen. 2:2-3; Ex. 20:11; Ex. 31:17.
P. 63. ¿Cuál es el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento, es: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (151)
(151) Ex. 20:12; Deut. 5:16.
P. 64. ¿Qué demanda el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento demanda la preservación del honor, y el cumplimiento de las obligaciones, que corresponden a cada uno en sus respectivos puestos o relaciones, como superiores, inferiores o iguales. (152)
(152) Rom. 13:1, 7; Ef. 5:21-22, 24; Ef. 6:1, 4-5, 9; I Pe. 2:17.
P. 65. ¿Qué se prohíbe en el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento prohíbe el descuido del honor o el servicio que corresponde a cada uno en el puesto o relación que ocupa, o actuar en contra de ellos. (153)
(153) Mat. 15:4-6; Rom. 13:8.
P. 66. ¿Cuál es la razón añadida al quinto mandamiento?
R. La razón añadida al quinto mandamiento es la promesa de larga vida y de prosperidad, (en la medida que sirva para la gloria de Dios y su propio bien), hecha a todos los que guarden este mandamiento. (154)
(154) Ex. 20:12; Deut. 5:16; Ef. 6:2-3.
P. 67. ¿Cuál es el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento es: “No matarás.” (155)
(155) Ex. 20:13; Deut. 5:17.
P. 68. ¿Qué demanda el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento demanda el cumplimiento de todos los esfuerzos legítimos para preservar nuestra propia vida, y la de otros. (156)
(156) Ef. 5:28,29.
P. 69. ¿Qué se prohíbe en el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento prohíbe el destruir nuestra propia vida, o el quitar injustamente la de nuestro prójimo, así como también todo lo que tiende a este resultado. (157)
(157) Gen. 9:6; Mat. 5:22; 1 Juan 3:15.
P. 70. ¿Cuál es el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento es “No cometerás adulterio.” (158)
(158) Ex. 20:14; Deut. 5:18.
P. 71. ¿Qué se exige en el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento exige que preservemos nuestra propia castidad y la de nuestro prójimo, en corazón, palabra y comportamiento. (159)
(159) I Cor. 7:2-3,5; I Tes. 4:3-5.
P. 72. ¿Que se prohíbe en el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento prohíbe todo pensamiento, palabra o acción deshonesta. (160)
(160) Mat. 5:28; Ef. 5:3-4.
P. 73. ¿Cuál es el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento es “No hurtarás.” (161)
(161) Ex. 20:15; Deut. 5:19.
P. 74. ¿Qué demanda el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento demanda procurar y promover por medio legítimo la prosperidad y bienestar de nosotros mismos y de los demás. (162)
(162) Lev. 25:35; Ef. 4:28b; Flp. 2:4.
P. 75. ¿Qué se prohíbe en el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento prohíbe todo lo que impide o tiende a impedir injustamente la prosperidad y bienestar nuestro, o de nuestro prójimo. (163)
(163) Prov. 28:19ss; Ef. 4:28a; II Tes. 3:10; I Tim. 5:8.
P. 76. ¿Cuál es el noveno mandamiento?
R El noveno mandamiento es “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.” (164)
(164) Ex. 20:16; Deut. 5:20.
P. 77. ¿Qué demanda el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento demanda mantener y promover la verdad entre hombre y hombre, así como nuestra buena fama y la de nuestro prójimo, (165) especialmente a la hora de dar testimonio. (166)
(165) Zac. 8:16; Hch. 25:10; III Juan 12.
(166) Prov. 14:5,25.
P. 78. ¿Qué se prohíbe en el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento prohíbe todo lo que perjudica a la verdad, o que es injurioso para nuestro buen nombre, o el de nuestro prójimo. (167)
(167) Lev. 19:16; Sal. 15:3; Prov. 6:16-19; Luc. 3:14.
P. 79. ¿Cuál es el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento es “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (168)
(168) Ex. 20:17; Deut. 5:21.
P. 80. ¿Qué demanda el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento exige que nos contentemos con nuestra propia condición, (169) y que tengamos siempre una justa caritativa disposición de ánimo para con nuestro prójimo, y todo lo que es suyo. (170)
(169) Sal. 34:1; Flp. 4:11; 1 Tim. 6:6; Heb. 13:5.
(170) Luc. 15:6, 9, 11-32; Rom. 12:15; Flp. 2:4.
P. 81. ¿Qué se prohíbe en el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento prohíbe todo descontento de nuestra propia condición, (171) la envidia, o pesar del bien de nuestro prójimo, y todo deseo o aflicción desordenada hacia las cosas que son suyas. (172)
(171) I Cor. 10:10; Sant. 3:14-16.
(172) Gal. 5:26; Col. 3:5.
P.82. ¿Puede algún hombre guardar perfectamente los mandamientos de Dios?
R. Ningún simple hombre, desde la caída, puede en esta vida guardar perfectamente los mandamientos de Dios, mas diariamente los quebranta en pensamiento, en palabra y en hecho. (173)
(173) Gen. 8:21; Rom. 3:9ss,23.
P. 83. ¿Son igualmente detestables todas las transgresiones de la ley?
R. Algunos pecados en sí mismos, y a causa de algunos agravantes, son más detestables a la vista de Dios que otros. (174)
(174) Ez. 8:6, 13, 15; Mat. 11:20-24; Juan 19:11.
P. 84. ¿Qué es lo que todo pecado merece?
R. Todo pecado merece la ira y maldición de Dios, tanto en esta vida como en la venidera. (175)
(175) Mat. 25:41; Gal. 3:10; Ef. 5:6; Sant. 2:10.
P. 85 ¿Qué demanda Dios de nosotros, para que escapemos de la ira y maldición, que hemos merecido por el pecado?
R. Para que escapemos de la ira y maldición de Dios que hemos merecido por razón del pecado, Dios demanda de nosotros la fe en Jesucristo, el arrepentimiento para vida, (176) y el empleo diligente de todos los medios externos, por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de redención. (177)
(176) Marc. 1:15; Hch. 20:21
(177) Hch. 2:38; I Cor. 11:24-25; Col. 3:16.
P. 86. ¿Qué es la fe en Jesucristo?
R. La fe en Jesucristo es una gracia salvadora, (178) por la cual recibimos a Cristo como nos es ofrecido en el evangelio, y confiamos solamente en Él para salvación. (179)
(178) Ef. 2:8-9 con Rom. 4:16.
(179) Juan 20:30-31; Gal. 2:15-16; Flp. 3:3-11.
P. 87. ¿Qué es el arrepentimiento para vida?
R. El arrepentimiento para vida es una gracia salvadora, (180) por la cual el pecador, movido por un verdadero sentido de sus pecados, y por haber asido la misericordia de Dios en Cristo, (181) con dolor y odio de su pecado, se convierte de ellos a Dios, (182) con plena determinación de alcanzar una nueva obediencia. (183)
(180) Hch. 11:18; II Tim. 2:25.
(181) Sal. 51:1-4; Joel 2:13; Luc. 15:7, 10; Hch. 2:37.
(182) Jer. 31:18-19; Luc. 1:16-17; I Tes. 1:9.
(183) II Cro. 7:14; Sal. 119:57-64; Mat. 3:8; II Cor. 7:10.
P. 88. ¿Cuáles son los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención?
R. Los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención, son sus ordenanzas, y especialmente, la Palabra, los sacramentos y la oración; todos los cuales son hechos, para los elegidos, eficaces para salvación. (184)
(184) Mat. 28:18-20; Hch. 2:41-42.
P. 89. ¿Cómo la Palabra es hecha eficaz para salvación?
R. El Espíritu de Dios hace que la lectura de la Palabra, pero especialmente la predicación de la misma, sea un medio eficaz para convencer y convertir a los pecadores, y edificarlos en santidad y consuelo, por la fe, para salvación. (185)
(185) Neh. 8:8-9; Hch. 20:32; Rom. 10:14-17; II Tim. 3:15-17.
P. 90. ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la Palabra para que sea eficaz para salvación?
R. A fin de que la palabra sea eficaz para nuestra salvación, hemos de hacer atención a la misma con diligencia, preparación de espíritu y oración; (186) hemos de recibirla con fe y amor, guardarla en nuestros corazones, y practicarla en nuestras vidas. (187)
(186) Deut. 6:16ss; Sal. 119:18; I Pe. 2:1-2.
(187) Sal. 119:11; II Tes. 2:10; Heb. 4:2; Sant. 1:22-25.
P. 91. ¿Cómo los sacramentos vienen a ser medios eficaces de salvación?
R. Los sacramentos vienen a ser medios eficaces de salvación, no porque haya alguna virtud en ellos, o en aquel que los administra; sino solamente por la bendición de Cristo, y la operación de su Espíritu en aquellos que los
reciben con fe. (188)
(188) I Cor. 3:7 con I Cor. 1:12-17.
P. 92. ¿Qué es un sacramento?
R. Un sacramento es una ordenanza sagrada instituida por Cristo; (189) la cual, por medio de signos visibles, Cristo y los beneficios de la nueva alianza, son representados, sellados y aplicados a los creyentes. (190)
(189) Mat. 28:19; Mat. 26:26-28; Marc. 14:22-25; Luc. 22:19-20; I Cor. 1:22-26.
(190) Gal. 3:27;I Cor. 10:16-17.
P. 93. ¿Cuáles son los sacramentos del Nuevo Testamento?
R. Los sacramentos del Nuevo Testamento son el Bautismo, (191) y la Cena del Señor. (192)
(191) Mat. 28:19.
(192) I Cor. 11:23-26.
P. 94. ¿ Qué es el Bautismo?
R. El Bautismo es un sacramento, en el cual el lavamiento con agua, en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, (193) significa y sella nuestra inserción en Cristo, nuestra participación en los beneficios de la Alianza de gracia, y nuestro compromiso de ser del Señor.(194)
(193) Mat. 28:19.
(194) Hch. 2:38-42; Hch. 22:16; Rom. 6:3-4; Gal. 3:26-27; I Pe. 3:21.
P. 95. ¿A quiénes ha de administrarse el Bautismo?
R. El Bautismo no debe administrarse a los que están fuera de la Iglesia visible hasta que no profesen su fe en Cristo, y su obediencia a Él; (195) mas los hijos pequeños de los que son miembros de la Iglesia visible, han de ser bautizados. (196)
(195) Hch. 2:41; Hch. 8:12, 36, 38; Hch. 18:8. 1.
(196) Gen. 17:7; Gen. 17:9-11; Hch. 2:38-39; Hch. 16:32-33; Col. 2:11-12.
P. 96. ¿Qué es la Cena del Señor?
R. La Cena del Señor es un sacramento, por el cual, dando y recibiendo pan y vino según la ordenanza de Cristo, se representa su muerte; (197) y aquellos que dignamente lo reciben, son hechos, no de una manera corporal y carnal, sino por la fe, partícipes de su cuerpo y sangre, con todos los beneficios consiguientes, para su alimento espiritual y su crecimiento en la gracia. (198)
(197) Luc. 22:19-20; I Cor. 11:23-26.
(198) I Cor. 10:16-17.
P. 97. ¿Qué se requiere para recibir dignamente la Cena del Señor?
R. Se requiere a los que los que vayan a participar dignamente de la la Cena del Señor, que se examinen a sí mismos para discernir el cuerpo del Señor, su fe para alimentarse de Él, su arrepentimiento, amor y nueva obediencia; no sea que, viniendo indignamente, coman y beban un juicio para sí mismos. (199)
(199) I Cor. 11:27-32.
P. 98. ¿Qué es la oración?
R. La oración es un ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, (200) acerca de cosas agradables a su voluntad, (201) en el nombre de Cristo, (202) con confesión de nuestros pecados, (203) y reconocimiento agradecido de sus beneficios. (204)
(200) Sal. 10:17; Sal. 62:8; Mat. 7:7-8.
(201) I Juan 5:14.
(202) Juan 16:23-24.
(203) Sal. 32:5-6; Dan. 9:4-19; I Juan 1:9.
(204) Sal. 103:1-5; Sal. 136; Flp. 4:6.
P. 99. ¿Qué regla nos ha dado Dios para dirigirnos en la oración?
R. Toda la Palabra de Dios es útil para dirigirnos en la oración; (205) pero la regla especial para dirigirnos es aquella oración que Cristo enseñó a sus discípulos, comúnmente llamada la Oración del Señor. (206)
(205) I Juan 5:14.
(206) Mat. 6:9-13.
P. 100. ¿Qué nos enseña el prefacio de la Oración del Señor?
R El prefacio de la Oración del Señor, que dice “Padre nuestro, que está en los cielos”, nos enseña a acercarnos a Dios con toda santa reverencia (207) y confianza, (208) como hijos a un padre, (209) que puede y quiere socorrernos; (210) y también a orar con otros y por otros. (211)
(207) Sal. 95:6.
(208) Ef. 3:12.
(209) Mat. 7:9-11 con Luc. 11:11-13; Rom. 8:15.
(210) Ef. 3:20
(211) Ef. 6:18; I Tim. 2:1-2.
P. 101. ¿Qué rogamos en la primera petición?
R. En la primera petición, que dice “Santificado sea tu nombre”, rogamos que Dios nos haga capaces a nosotros y a los demás hombres de glorificarlo en todo aquello por lo cual Él se da a conocer; (212) y también que Él disponga
todas las cosas para su propia gloria. (213)
(212) Sal. 67:1-3; Sal. 100:3-4.
(213) Rom. 11:33-36; Apo. 4:11.
P. 102. ¿Qué rogamos en la segunda petición? 
R. En la segunda petición que dice “Venga tu reino”, rogamos la destrucción del reino de Satanás; (214) el progreso del reino de gracia; (215) que nosotros y los demás hombres seamos introducidos y guardados en éste; (216) y que venga pronto el reino de gloria. (217)
(214) Mat. 12:25-28; Rom. 16:20; I Juan 3:8.
(215) Sal. 72:8-11; Mat. 24:14; I Cor. 15:24-25.
(216) Sal. 119:5; Luc. 22:32; II Tes. 3:1-5.
(217) Apo. 22:20.
P. 103. ¿Qué rogamos en la tercera petición?
R. En la tercera petición, que dice “Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra”, rogamos que Dios, por su gracia nos haga capaces y dispuestos para conocer, obedecer y someternos a su voluntad en todas las cosas, (218) así como lo hacen los ángeles en el cielo. (219)
(218) Sal. 19:14; Sal. 119; I Tes. 5:23; Heb. 13:20-21.
(219) Sal. 103:20-21; Heb. 1:14.
P. 104. ¿Qué rogamos en la cuarta petición? 
R. En la cuarta petición, que dice “Danos hoy nuestro pan cotidiano”, rogamos que de la gracia libre de Dios recibamos una porción suficiente de las cosas de esta vida, y añada a ellas su bendición. (220)
(220) Prov. 30:8-9; Mat. 6:31-34; Flp. 4:11,19; I Tim. 6:6-8.
P. 105. ¿Qué rogamos en la quinta petición?
R. En la quinta petición, que dice: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”, rogamos que Dios, por amor a Cristo, perdone gratuitamente todos nuestros pecados; (221) lo cual es a lo que más se nos exhorta a pedir, porque por su gracia, somos hechos capaces a perdonar de corazón. (222)
(221) Sal. 51:1-2, 7, 9; Dan. 9:17-19; I Juan 1:7.
(222) Mat. 18:21-35.
P. 106. ¿Qué rogamos en la sexta petición?
R. En la sexta petición, que dice: “No nos metas en tentación más líbranos del mal”, rogamos que Dios nos guarde de ser tentados a pecar, (223) o que
nos sostenga y nos libre cuando seamos tentados. (224)
(223) Sal. 19:13; Mat. 26:41; Juan 17:15.
(224) Luc. 22:31-32; I Cor. 10:13; II Cor. 12:7-9; Heb. 2:18.
P.107. ¿Qué nos enseña el final de la Oración del Señor?
R. El final de la Oración del Señor, que dice: “Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén”, nos enseña a tomar nuestro ánimo en la oración solamente de Dios; (225) y a alabarlo en nuestras oraciones, atribuyéndole a Él sólo el reino y el poder y la gloria. (226) Y en testimonio de nuestro deseo, y seguridad de ser oídos, decimos: “Amén.” (227)
(225) Dan. 9:4, 7-9, 16-19; Luc. 18:1, 7-8.
(226) I Cro. 29:10-13; I Tim. 1:17; Apo. 5:11-13.
(227) I Cor. 14:16; Apo. 22:20.